En este post te hablaremos de los grandes beneficios que tiene para los niños aprender jugando y las distintas herramientas de las que disponemos para potenciar todas sus habilidades mientras se divierten.

Beneficios de aprender jugando: La mejor enseñanza

Siempre se ha dicho que “la letra con sangre entra”, pero los nuevos descubrimientos pedagógicos distan mucho de corroborarlo. Y es que, aprender jugando aumenta significativamente la retención de la información, ya que los niños y jóvenes pueden disfrutar y aprender al mismo tiempo, lo que hace que el conocimiento se fije mejor en nuestras neuronas y sea más memorable.

Además, hoy más que nunca, se ha hecho evidente que el conocimiento teórico y memorístico es retenido a muy corto plazo por la mayoría de los estudiantes, lo que deja un vacío e insatisfacción que muchas veces es la causa principal del alto fracaso escolar.

La mayoría de los emprendedores de éxito han conseguido que su mayor pasión sea la fuente de ingresos de sus carreras y eso es lo que verdaderamente ha hecho que marquen la diferencia.

Por eso, es muy importante conocer los gustos e intereses de nuestros hijos para encauzarlos en profesiones concretas que puedan darles un futuro y para eso nada mejor que aprender jugando.

Este sólo es un ejemplo concreto de los múltiples beneficios de aprender jugando, pero veamos más:

Asimilar conceptos fácilmente

Los juegos son divertidos y estimulantes, más aún si son ellos mismos los que deciden sobre qué quieren aprender jugando. Como actividad de ocio, el juego permite disfrutar de aprender de forma más relajada, sin estrés, presiones ni preocupaciones, lo que facilita la retención de la información y aumenta la motivación.

Al contrario de lo que muchos adultos creen, los países donde el estudio es más exigente no siempre da lugar a los ciudadanos más felices. Trabajar sin motivación o felicidad es un factor de riesgo para el aumento de las enfermedades mentales y otros desequilibrios como la ansiedad o la depresión. Ese sería un futro muy poco esperanzador para las nuevas generaciones.

Identificar y corregir errores

El aprendizaje activo es clave a la hora de identificar y corregir errores mientras los niños aprenden jugando. Y es que, precisamente los juegos promueven el aprendizaje activo, es decir, se aprende haciendo.

Ya nos decía el dicho popular: “De los errores se aprende”. Al jugar, se experimentan situaciones reales y se desarrollan habilidades y destrezas que son útiles en la vida diaria, como la resolución de problemas, la creatividad y el trabajo en equipo.

Aprender jugando permite recibir de forma inmediata la retroalimentación de los errores cometidos, esto facilita la comprensión de los conceptos y permite corregir los errores sin que los niños se sientan juzgados en exceso. Esto mejora a su vez sus habilidades sociales y la gestión emocional.

Más felicidad, menos estrés: la clave de aprender jugando

Los juegos son una actividad lúdica que produce motivación y emoción. A través del juego, las personas se sienten más motivadas a aprender y desarrollar nuevas habilidades, ya que los incentivos, premios y desafíos que se presentan son mucho más atractivos, que los castigos o las desilusiones.

Además, aprender jugando estimula la creatividad y la imaginación, favorece la concentración y la memoria sin apenas esfuerzo y desarrolla el pensamiento crítico y la resolución de problemas, haciéndoles mucho más autónomos.

Desarrollo de habilidades sociales

Aprender jugando también es una herramienta para potenciar valores y habilidades sociales, como el trabajo en equipo, el diálogo, el respeto, la empatía y el autocontrol. Estos valores son fundamentales para una convivencia sana, tanto en el ámbito personal como en su futuro laboral.

Las últimas investigaciones afirman que aprender jugando fomenta la autonomía y la independencia, además de favorecer la creatividad. Cuando los niños juegan se ponen en el lugar del otro con mayor flexibilidad, se adaptan mejor a los cambios y todo ello fortalece su autoestima y la confianza en sí mismos.

Cada vez somos más conscientes de la importancia que tiene el desarrollo de las habilidades sociales en la educación actual y por eso nada mejor que aprender jugando.

Mayor desarrollo cognitivo

Otro de los beneficios de aprender jugando es que hacerlo favorece el desarrollo cognitivo, ya que fomenta la concentración, la memoria, la atención y el razonamiento lógico. Además, los juegos ayudan a ejercitar la capacidad de análisis, la toma de decisiones y la resolución de problemas.

¿Cómo pueden tus hijos aprender jugando?

En Lifecole nos asombra la cantidad de ventajas de aprender jugando y por eso sabemos que es el mejor método para conseguir los objetivos que nuestros hijos se propongan. Las actividades extraescolares son la oportunidad perfecta para que los niños puedan desarrollar todas sus pasiones y encontrar una manera de darle una salida productiva.

Adapta las actividades a la edad

Lo mejor de las actividades extraescolares que proponemos es que siempre están personalizadas y adaptadas a la edad de nuestros hijos, para que puedan explotar todo su potencial y aprovechar al máximo la duración de las clases.

Con nosotros trabaja un equipo altamente profesional en el campo que imparten y al mismo tiempo, tienen grandes habilidades pedagógicas, factor clave para que nuestros hijos aprendan jugando.

Para los niños y niñas de entre 6 y 11 años

En el caso de los niños y niñas de entre 6 y 11 años, en Lifecole, tenemos dos etapas especializadas: Aventureros y Junior. Podrán aprender a programar con lenguajes de programación simple como Roblox, practicar la robótica, conocer la ilustración digital o aprender nociones básicas sobre edición audiovisual.

Aprender jugando permite adentrarse en terrenos tan complejos como la programación con grandes resultados.

Para los adolescentes

Para los adolescentes de entre 12 a 16 años, en Lifecole les ofrecemos cursos en los que podrán aprender de los campos más actuales y prometedores para su futuro laboral, como la programación y la robótica a través de videojuegos tan conocidos como Minecraft, el mundo del streaming, las redes sociales, el arte digital, la impresión 3D o la producción audiovisual.